El Código ICTUS (proceso de actuaciones sanitarias para la atención de pacientes que hayan sufrido un ictus), se ha desarrollado progresivamente en cada Comunidad Autónoma. Se trata de procedimientos para reconocer a través de los signos y síntomas del enfermo, un posible ictus, detectarlo precozmente y priorizar de esta forma la atención sanitaria para paliar los efectos del mismo. El tiempo corre en contra del enfermo, por lo que es vital una actuación rápida y eficaz.
Pero el Código ICTUS cojea a la hora de la rehabilitación
En efecto. Si se llega a tiempo se puede evitar un más que probable fallecimiento. No obstante, el enfermo de ictus que sobrevive se ha de enfrentar a unas gravísimas secuelas, como pueden ser, la paresia o parálisis en algunas partes del cuerpo, problemas en la comunicación y el habla, alteraciones visuales, disfagia, entre otras. La rehabilitación física y psicológica puede ayudar a mejorar estas secuelas aunque difícilmente la recuperación del enfermo es total.
Las Administraciones Sanitarias, pasado el episodio del ictus, disponen de unos procedimientos rehabilitadores que en ocasiones, se encuentran más definidos sobre el papel que en su aplicación real.
El ejemplo de la Comunidad Valenciana
Una noticia de este mismo mes nos da una idea de las deficiencias en Sanidad para atender las necesidades de rehabilitación de estos enfermos: “Sanidad recurre a 3 empresas privadas por la falta de recursos en daño cerebral”
Lo terrible de esta noticia no es el titular (al contrario, consideramos excelente cualquier novedad que ayude a paliar las deficiencias asistenciales para estos enfermos). Lo atroz es que hasta este momento, Sanidad solo puede atender para su rehabilitación a UNO de cada CUATRO pacientes que han sufrido daño cerebral.
Los pacientes se han de “buscar la vida”
En efecto. La información que nos llega a través de los medios es que la Sanidad Pública Valenciana da tratamiento a unos 674 pacientes de más de 2.700 que lo necesitan y solo unos 120 en recursos completamente públicos. ¿Qué hacen esas tres cuartas partes de pacientes que no reciben tratamiento rehabilitador? Pues eso, buscarse la vida a través de tratamientos privados o sencillamente… dejan la rehabilitación por no poder asumir el elevado coste de la misma.
En este mismo Blog tratamos hace dos años la situación de un enfermo de ICTUS al cual la Consellería de Sanitat le retiró el tratamiento de rehabilitación al haber transcurrido doce meses desde el suceso. Todo ello a pesar de las notables mejoras en el enfermo. Sanidad no paga rehabilitaciones superiores a un año. (Ir al artículo)