Negligencias Médicas Castellón

La ONU CONDENA a España por Violencia Obstétrica

En un histórico Pronunciamiento, la Organización de Naciones Unidas ha condenado a nuestro país por violencia obstétrica ejercida a una mujer durante el parto.

¿Qué es la violencia obstétrica?

Es el ejercicio de determinadas prácticas agresivas, tanto físicas como psicológicas, realizadas por el personal sanitario hacia la mujer durante el curso del embarazo aunque más en concreto durante el parto.

No obstante, de hecho, es extensible a todo el proceso reproductivo ya que este tipo de violencia también se ejerce por ejemplo en un trato deshumanizado o discriminatorio, en el exceso de tratamiento médico y farmacológico y el exceso de manipulación instrumental.

El parto que se convierte en un suplicio

En este caso, una mujer, con un embarazo en todo momento normal, en el instante del parto, fue llevada a quirófano y se le practicó una episotomía, es decir, le cortaron la piel, músculos y nervios que rodean la vagina sin su consentimiento. NO era una intervención urgente o a “vida o muerte”. Hubiera sido no solo recomendable, sino necesario el consentimiento informado de la madre antes de someterla a semejante práctica (la cual era, en este caso, totalmente innecesaria).

No solo eso. Además la sometieron antes de la intervención a DIEZ Tactos Vaginales, DIEZ. También sin su consentimiento. Motivo de ello la niña recién nacida hubo de ser ingresada a causa de una infección provocada por tantísimas exploraciones.

El trauma psicológico sufrido es terrible, ya que en ningún momento hacen caso a la mujer ni le dan explicaciones. Nadie le habla, nadie se presenta, nadie intenta calmarla… en un momento, el del parto, tan sensible. Tratar a una persona de esta forma no tiene más calificativo que el de cruel.

El Estado discrimina a la mujer

Por primera vez, un Tribunal internacional reconoce que el abuso de la medicación y el abuso del intervencionismo médico sin consentimiento de la afectada SON formas de violencia contra la mujer. Asimismo, hace palpable las costumbres y prácticas discriminatorias de la Administración y del ámbito Judicial contra las mujeres.

En efecto, la protagonista de esta historia, más de diez años después del parto, ha obtenido esta recompensa, no sin haber pasado antes por la agonía de, órgano administrativo y judicial tras otro, negarle la discriminación y crueldad cometida a su persona, a pesar de los informes que presentó la víctima que afirmaban el padecimiento que había sufrido. La visión machista en los Órganos Judiciales, lamentablemente, se halla aún muy enraizada.

Si los hombres parieran…

Es especulativo y simplista afirmar que todas estas cosas no sucederían si los hombres parieran. Lo que sí es cierto que toda persona consciente de su responsabilidad, tanto a la hora de JUZGAR, como a la hora de atender un parto, habría de cuestionarse su grado de sensibilidad y empatía hacia la persona que está sufriendo, habría de plantearse que en un PARTO la mujer ha de ser tratada con la extrema delicadeza que pueda necesitar. Los médicos NO son personas que tratan a muñecos ni cosas inanimadas. Están ayudando a parir a UN SER VIVO, a UNA MUJER.

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